
El más antiguo de estos films es un «Don Quijote de la Mancha» («Don Chisciotte», en su título original), producido por la casa Cines, de Roma, en 1910, cuando ya el cine tenía quince años y, además de rendir culto a Shakespeare, lo rendía con prodigalidad a Sardou ya los dos Dumas.
Del año siguiente,1911, es una versión francesa dirigida por Camille de Morlhon e interpretada por Garry, que llega a sublevar a los benévolos críticos españoles de aquellos tiempos.
El tercer «Don Quixote», que no pudo proyectarse en España, es norteamericano, y de 1916.
El cuarto, inglés, data de 1923 y tampoco se atrevió nadie a presentarlo en nuestras pantallas. Por lo que de ellas consta, ninguna de esas cuatro cintas ofrecía el menor interés; eran producciones menos que medianas, que pretendían- y de verdad lo consiguieron- aprovecharse del prestigio popular de un título famoso y también, en algún caso, de la nombradía de un cómico de variedades, como ocurrió con George Robey, que personificaba a Sancho en la versión británica.
Un error común a estos arreglos primitivos, error al que no escaparían las dos adaptaciones que habían de seguir, aunque suavizado por más espiritual empleo, consistió en materializar la figura de Dulcinea, a la que constantemente se alude en el texto cervantino, pero mantenida siempre en la inefable región del ensueño con que la divinizó Don Quijote.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca)
Del año siguiente,1911, es una versión francesa dirigida por Camille de Morlhon e interpretada por Garry, que llega a sublevar a los benévolos críticos españoles de aquellos tiempos.
El tercer «Don Quixote», que no pudo proyectarse en España, es norteamericano, y de 1916.
El cuarto, inglés, data de 1923 y tampoco se atrevió nadie a presentarlo en nuestras pantallas. Por lo que de ellas consta, ninguna de esas cuatro cintas ofrecía el menor interés; eran producciones menos que medianas, que pretendían- y de verdad lo consiguieron- aprovecharse del prestigio popular de un título famoso y también, en algún caso, de la nombradía de un cómico de variedades, como ocurrió con George Robey, que personificaba a Sancho en la versión británica.
Un error común a estos arreglos primitivos, error al que no escaparían las dos adaptaciones que habían de seguir, aunque suavizado por más espiritual empleo, consistió en materializar la figura de Dulcinea, a la que constantemente se alude en el texto cervantino, pero mantenida siempre en la inefable región del ensueño con que la divinizó Don Quijote.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca)

Los otros dos films sobre el insigne tema tienen envergadura muy superior. El primero es el «Don Quijote de la Mancha» «Don Quixote af Mancha», del realizador danés Lau Lauritzen, producido en 1926 con interiores en los estudios de Copenhague y exteriores en los auténticos lugares manchegos descritos por Cervantes.
De las seis versiones de que he encontrado mención es ésta la única que recogió paisajes españoles y en la que artistas de España intervinieron: Marina Torres fué Dulcinea y Carmen de Toledo encarnó a Lucinda, principales nombres femeninos de la acción. Eran los protagonistas dos actores cómicos que gozaban de mucha boga en los países nórdicos: Carl Schenstrom y Harald Madsen, más conocidos por sus sobrenombres artísticos de Pat y Patachón, respectivamente. Pat resultaba, en lo físico, un buen Don Quijote; Patachón, un adecuadísimo Sancho Panza.
Y a este aspecto tan importante unieron otro trascendental: el entusiasmo respetuoso por sus ilustres personajes, servidos con noble intención, como correspondía a una empresa infinitamente más ambiciosa y cargada de responsabilidad que todo el resto de su labor para la pantalla.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca)
De las seis versiones de que he encontrado mención es ésta la única que recogió paisajes españoles y en la que artistas de España intervinieron: Marina Torres fué Dulcinea y Carmen de Toledo encarnó a Lucinda, principales nombres femeninos de la acción. Eran los protagonistas dos actores cómicos que gozaban de mucha boga en los países nórdicos: Carl Schenstrom y Harald Madsen, más conocidos por sus sobrenombres artísticos de Pat y Patachón, respectivamente. Pat resultaba, en lo físico, un buen Don Quijote; Patachón, un adecuadísimo Sancho Panza.
Y a este aspecto tan importante unieron otro trascendental: el entusiasmo respetuoso por sus ilustres personajes, servidos con noble intención, como correspondía a una empresa infinitamente más ambiciosa y cargada de responsabilidad que todo el resto de su labor para la pantalla.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca)

El último «Don Quijote» («Don Quichotte») es el de G. W. Pabst, realizado en Francia en 1932, con el gran cantante de ópera Feodor Chaliapin en el papel del caballero andante y Dorville en el de su cazurro escudero.
Desde el punto de vista cinematográfico, se trata de una obra perfecta; ritmo, composición, interés y calidad se conjugan con prodigioso acierto; una de sus secuencias más deslumbradoras, la de los molinos de viento, está entre los pasajes definitivos que el cine logró en su medio siglo de historia.
Pero en cuanto a sentido español, nada, o muy poco podemos encontrar en ese modelo de técnica y de arte; cierto que el gran cineísta austriaco no pretendió hacer una transcripción cinematográfica del relato cervantino, sino que claramente declaró que se trataba de «Don Quijote» visto por Pabst. Y de ese personalismo, que justifica todas las licencias, nace precisamente la tremenda frialdad temática del film, señalada por los críticos más autorizados.
Chaliapin es un magnífico soñador, pero dista mucho del Ingenioso Hidalgo, prototipo de tantas verdades de la tradición hispana; está más cerca de la aparatosa ópera de Massenet, que cantó innumerables veces, que del iluminado símbolo de la ilusión española. Dorville es un gracioso pícaro francés, sin relación alguna con nuestro Sancho; en este grave error, certeramente señalado por Antonio Barbero, reside una de las muestras más claras de la incomprensión demostrada por Pabst en su «Don Quijote», que incluso pretendió suplantar el paisaje manchego, necesario en la ligazón del ambiente y el hombre, por tos campos que rodean a Niza, lugar de emplazamiento de sus exteriores.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca)
Desde el punto de vista cinematográfico, se trata de una obra perfecta; ritmo, composición, interés y calidad se conjugan con prodigioso acierto; una de sus secuencias más deslumbradoras, la de los molinos de viento, está entre los pasajes definitivos que el cine logró en su medio siglo de historia.
Pero en cuanto a sentido español, nada, o muy poco podemos encontrar en ese modelo de técnica y de arte; cierto que el gran cineísta austriaco no pretendió hacer una transcripción cinematográfica del relato cervantino, sino que claramente declaró que se trataba de «Don Quijote» visto por Pabst. Y de ese personalismo, que justifica todas las licencias, nace precisamente la tremenda frialdad temática del film, señalada por los críticos más autorizados.
Chaliapin es un magnífico soñador, pero dista mucho del Ingenioso Hidalgo, prototipo de tantas verdades de la tradición hispana; está más cerca de la aparatosa ópera de Massenet, que cantó innumerables veces, que del iluminado símbolo de la ilusión española. Dorville es un gracioso pícaro francés, sin relación alguna con nuestro Sancho; en este grave error, certeramente señalado por Antonio Barbero, reside una de las muestras más claras de la incomprensión demostrada por Pabst en su «Don Quijote», que incluso pretendió suplantar el paisaje manchego, necesario en la ligazón del ambiente y el hombre, por tos campos que rodean a Niza, lugar de emplazamiento de sus exteriores.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca)
The classic film "Don Quixote" starring famous Russian singer Feodor Chaliapin.
Director: G. W. Pabst
1933
NOTES ON THE FILM
Adventures of Don Quixote (1933) is the English title of a film adaptation of the classic Miguel de Cervantes novel, directed by Georg Wilhelm Pabst, starring the famous operatic bass Feodor Chaliapin. Although the film stars Chaliapin, it is not an opera. However, he does sing three songs in it. It is the first sound film version of the Spanish classic.
The supporting cast in the English version includes George Robey, René Donnio, Miles Mander, Lydia Sherwood, Renée Valliers, and Emily Fitzroy. The film was made in three versions—French, English, and German—with Chaliapin starring in all three versions.Cast:Feodor Chaliapin as Don QuixoteGeorge Robey as Sancho PanzaRené Donnio as Carrasco (as Donnio)Renée Valliers as DulcineaEmily Fitzroy as Sancho Panza's wifeSidney Fox as Maria the nieceMiles Mander as Duke of FallangaWally Patch as Gypsy KingOscar Asche as Police CaptainLydia Sherwood as Duchess of FallangaFrank Stanmore as Priest.
The producers separately commissioned five composers (Jacques Ibert, Maurice Ravel - who wrote three songs -, Marcel Delannoy, Manuel de Falla and Darius Milhaud) to write the songs for Chaliapin. Each composer believed only he had been approached.Ibert's music was chosen for the film, but this caused him some embarrassment as he was a close friend of Ravel's. Ravel considered a lawsuit against the producers. He dropped the action, and the two composers remained close friends. EMI released excerpts from the soundtrack of the French version on 78-rpm and LP discs.
The film condenses the novel significantly and scrambles up the order of Don Quixote's adventures. There are several changes. Don Quixote is dubbed a knight not by an innkeeper, but by a traveling actor who is appearing as a king in a play that Don Quixote mistakenly believes to be real. As in the later 1957 Russian film version of the novel, the attack on the windmills is moved to near the end of the film. The mill workers are seen returning from their labor, and unlike the novel, Don Quixote is caught up by the windmill but not thrown. The windmill is stopped by the mill workers, who then assist Sancho is carrying Quixote down.
The final scene is the most radically changed of all. Totally defeated, and brought home imprisoned in a cage, Don Quixote sees that his niece, the village priest, and Sanson Carrasco (who in this version is the niece's fiancee, as in Man of La Mancha) have burnt his beloved books of chivalry. The shock literally kills Don Quixote; he collapses and dies in Sancho's arms, while the townsfolk, who only a few moments prior, were laughing and jeering at him as he sat in the cage, are deeply moved and now kneel in respect for the dead knight.
In a bit of trick photography, the pages of the original 1605 edition of Cervantes's novel arise from the flames rather than being consumed by them - a sign that Don Quixote has achieved immortality.Dulcinea, who actually appears in the film, is depicted as a not-too-bright milkmaid, and cruelly, she is among those who laugh the hardest when Don Quixote is brought back in a cage.
Don Quixote's name is actually Don Quixote in this version. He is never referred to as Alonso Quixano.
***
Adventures of Don Quixote (1933) is the English title of a film adaptation of the classic Miguel de Cervantes novel, directed by Georg Wilhelm Pabst, starring the famous operatic bass Feodor Chaliapin. Although the film stars Chaliapin, it is not an opera. However, he does sing three songs in it. It is the first sound film version of the Spanish classic.
The supporting cast in the English version includes George Robey, René Donnio, Miles Mander, Lydia Sherwood, Renée Valliers, and Emily Fitzroy. The film was made in three versions—French, English, and German—with Chaliapin starring in all three versions.Cast:Feodor Chaliapin as Don QuixoteGeorge Robey as Sancho PanzaRené Donnio as Carrasco (as Donnio)Renée Valliers as DulcineaEmily Fitzroy as Sancho Panza's wifeSidney Fox as Maria the nieceMiles Mander as Duke of FallangaWally Patch as Gypsy KingOscar Asche as Police CaptainLydia Sherwood as Duchess of FallangaFrank Stanmore as Priest.
The producers separately commissioned five composers (Jacques Ibert, Maurice Ravel - who wrote three songs -, Marcel Delannoy, Manuel de Falla and Darius Milhaud) to write the songs for Chaliapin. Each composer believed only he had been approached.Ibert's music was chosen for the film, but this caused him some embarrassment as he was a close friend of Ravel's. Ravel considered a lawsuit against the producers. He dropped the action, and the two composers remained close friends. EMI released excerpts from the soundtrack of the French version on 78-rpm and LP discs.
The film condenses the novel significantly and scrambles up the order of Don Quixote's adventures. There are several changes. Don Quixote is dubbed a knight not by an innkeeper, but by a traveling actor who is appearing as a king in a play that Don Quixote mistakenly believes to be real. As in the later 1957 Russian film version of the novel, the attack on the windmills is moved to near the end of the film. The mill workers are seen returning from their labor, and unlike the novel, Don Quixote is caught up by the windmill but not thrown. The windmill is stopped by the mill workers, who then assist Sancho is carrying Quixote down.
The final scene is the most radically changed of all. Totally defeated, and brought home imprisoned in a cage, Don Quixote sees that his niece, the village priest, and Sanson Carrasco (who in this version is the niece's fiancee, as in Man of La Mancha) have burnt his beloved books of chivalry. The shock literally kills Don Quixote; he collapses and dies in Sancho's arms, while the townsfolk, who only a few moments prior, were laughing and jeering at him as he sat in the cage, are deeply moved and now kneel in respect for the dead knight.
In a bit of trick photography, the pages of the original 1605 edition of Cervantes's novel arise from the flames rather than being consumed by them - a sign that Don Quixote has achieved immortality.Dulcinea, who actually appears in the film, is depicted as a not-too-bright milkmaid, and cruelly, she is among those who laugh the hardest when Don Quixote is brought back in a cage.
Don Quixote's name is actually Don Quixote in this version. He is never referred to as Alonso Quixano.
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El auténtico paisaje de la Mancha ha nutrido el buen ritmo cinematográfico de dos excelentes documentales españoles: «La ruta de Don Quijote», de Ramón Biadiu, y «Tierras de Don Quijote», de José María Elorrieta; en ambos, más directo como puro documental el primero y más cargado de evocaciones novelescas el segundo, se percibe poderosamente esa cosa importantísima que es el mundo real, en el que cabalgó sus sueños de gloria el sin par Caballero de la Triste Figura.
Como personajes de la mítica española, Don Quijote y Sancho aparecen en la cinta «Leyenda rota». Y la dama de los pensamientos del loco insuperable, elevada por su amor de ruda moza de venta a esforzada y gentilísima heredera de la noble misión de proclamar el bien y la verdad, vive cinematográficamente en la belleza de Ana Mariscal en el film «Dulcinea»,1946, basado en la comedia de Gaston Baty.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca, 1947)
Como personajes de la mítica española, Don Quijote y Sancho aparecen en la cinta «Leyenda rota». Y la dama de los pensamientos del loco insuperable, elevada por su amor de ruda moza de venta a esforzada y gentilísima heredera de la noble misión de proclamar el bien y la verdad, vive cinematográficamente en la belleza de Ana Mariscal en el film «Dulcinea»,1946, basado en la comedia de Gaston Baty.
(de CERVANTES Y EL CINE,
Carlos Fernández Cuenca, 1947)